febrero 14, 2006

El cobro mercenario

[nota del transcriptor: sé que este es un blog de cine, pero no pude evitarlo... esta columna de gustavo gorriti, aparecida el domingo pasado, me conmovió. sencillamente. y como tenía que hacer algo con eso, la he colocado aquí: me reconforta saber que aún hay periodistas capaces de sentir indignación, y con la autoridad moral como para expresarla de manera tan sentida. la columna es un tanto larga, así que continúa en la sección de comentarios.]

Así que Ivcher cobró.

Él y los pobres de espíritu que terminaron con él la negociación por parte del Estado, lo hicieron bien solapa, bien por lo bajo. Le dieron el cheque por veinte millones de soles (de nuestros impuestos, por cierto), más el sencillo, a su nombre, para que fuera cobrado el mismo día en el banco.

Hay una expresión en inglés que cae apropiada aquí: 'Laughing all the way to the bank', muerto de risa camino al banco. Cómo no estarlo.

Según entiendo, Ivcher atarantó de tal manera a los cretinos que representaban al Estado, que se las arregló para que este pagara hasta los honorarios de los tres árbitros que fallaron a su favor: el del Estado (Avendaño); el de Ivcher (Santistevan); y el nombrado por ambos (Osterling). Setenta mil dólares por cabeza, si no me equivoco. El Estado pagó los 210 mil dólares e Ivcher cobró los veinte millones de soles.

He visto embutidos en mi vida. Uno como este, hasta ahora no.

Hay una serie de temas secundarios vinculados con el caso. Varios de ellos interesantes en sí mismos. Alguno, como la guerra a bacenicazos entre ex colegas del mismo canal, recién comienza. Agua irá y agua vendrá. Una lástima, habida cuenta de la trayectoria de los contendientes. Pero no voy a escribir sobre eso.

Ni tampoco voy a escribir sobre los aspectos formales del arbitraje, el laudo y el acuerdo que termina con los veinte millones de soles en el bolsillo de Ivcher. Si algo hemos tenido siempre en el país es un superávit de abogados. Y podemos estar seguros de que si Poncio Pilatos hubiera tenido abogados peruanos a su lado, no se hubiera lavado las manos sino hubiera buscado un reglamento.

Quiero escribir sobre la dimensión moral del pago a Ivcher. Sobre las razones implícitas de la sensación de rabia y sobre todo náusea que siente la mayoría de personas al enterarse del hecho. Y sobre el sentimiento de asco y contaminación que experimentamos la gran mayoría de quienes en el pasado reciente enfrentamos al fujimorato.

Ivcher le cobra al Perú por haber luchado contra la dictadura de Fujimori y Montesinos. Tanto luchó, dice, tanto le costó la lucha, tal es la cuenta. Ha disfrazado ese razonamiento de múltiples maneras, pero eso es al final.

Es decir, la lucha como negocio. La pelea por la libertad con factura, pero sin RUC.

[continúa en la sección de comentarios]

4 comentarios:

cesar dijo...

[...viene del post]

Como escribí en esta página en octubre pasado ('Los ojos chinitos'), Ivcher llegó tarde a la lucha contra la dictadura: "Entre 1992 y 1996, Ivcher fue una geisha fervorosa, no de tatamis sino de colchones, pero geisha al fin. Cuando se peleó con sus antiguos aliados —por razones que, por lo menos yo, no tengo del todo claras— le dimos la bienvenida dentro de la oposición democrática aquellos que habíamos luchado ya por varios años contra la dictadura". Su confrontación con la dictadura fue de tres años y un poco más, mientras que la lucha de quienes la enfrentamos desde el primer día fue desde el 5 de abril de 1992 e incluso (en casos como el mío, que llevaba años investigando y denunciando a Montesinos) desde mucho antes.

Si él dice que le hicieron daño, ¡qué no podríamos decir nosotros! Él no fue arrestado ni desaparecido, como fue mi caso y el de otras personas. Ni le truncaron obras y proyectos de vida. Ni le hicieron vivir la realidad cotidiana de la inminencia del peligro físico, como fue el caso de no pocos periodistas, incluyendo a varios que trabajan en este diario. Y si de daño empresarial se trata, ¡qué no podrían reclamar los dueños de Caretas, los herederos de la fenecida Oiga, los herederos de Gustavo Mohme Llona, cuyas empresas fueron quebradas o llevadas al borde de la quiebra por Fujimori, Montesinos y sus sicarios!

¿Pero a alguien se le ocurre cobrar por haber luchado contra una dictadura, por haber luchado para que se impere la libertad en nuestra Patria? ¡Por supuesto que no!

Hay una inmensa diferencia entre quienes combaten por los ideales de Patria, de libertad, de democracia y justicia respecto de quienes lo hacen por dinero. Estos últimos son mercenarios. Y tienen su sitio en las guerras. Pero combaten dentro de sus propias formaciones y no mezclados con las de los ciudadanos, porque los contaminan.

¿Quiere decir que sostengo que nadie debe recibir reparaciones monetarias del Estado? No. Ni mucho menos. Ni las pedimos ni las pediremos aquellos que sobrevivimos con nuestra capacidad de trabajo intacta e íntegros de cuerpo y alma. Debe, sí, reparar —y reparar bien— a las personas y a las familias de aquellos que sufrieron muerte, mutilación, tortura o una gran violencia de la que no han podido recuperarse. Con ellos hay un deber sagrado que, dentro de lo que somos y podemos como Estado y sociedad, debe cumplirse.

Al pagársele a Ivcher se ha indemnizado a la vez a algunas de las personas y familias que con plena justicia merecían una reparación. Pero, en tanto están juntos, la comparación es inevitable. Y la comparación es obscena. De 31 millones acordados en reparaciones, se le paga 20 millones a Ivcher y el resto a una multitud de víctimas.

A los deudos de la decapitada Mariela Barreto se les paga 270 mil soles. A los menores de edad cuyos padres fueron asesinados en la masacre de Barrios Altos se les abona 600 mil soles a un fideicomiso. Y así. ¿Significa eso que, de acuerdo con la lógica que manejan tanto Ivcher cuanto sus patéticas contrapartes estatales, que una vida vale menos que una isla de edición y una tortura menos que una filmadora? ¡Pero qué digo! ¡Si Ivcher, de acuerdo con lo que se sabe hasta ahora, se ha metido la plata al bolsillo y no en su canal de televisión! Es para él nomás. Para alguien que tenía necesidades tan grandes que el 2004 vendía en 10 millones de dólares el más espectacular penthouse de Tel Aviv. Es decir, que a un millonario que se revuelca en plata le hemos puesto 20 millones de soles en el bolsillo por sus supuestos sacrificios en la lucha por la libertad, mientras que a gente que perdió la vida y a veces también la fuente de subsistencia les hemos pagado a razón de unos miles de soles por muerte o por tortura.

¿Que Ivcher tenía negocios importantes, que fueron afectados en escala correspondiente y que por eso es mayor el monto de la reparación? ¿Quiere decir eso que si Dionisio Romero, por ejemplo, se hubiera convertido en demócrata en el dos mil y la agónica dictadura le hubiera afectado sus negocios, hoy los peruanos tendríamos que indemnizarlo con decenas y de repente centenas de millones de dólares? ¿Es que cuando los ricos lloran, las cajas registradoras suenan, y cuando laceran a los pobres no pasa ni mierda?

¿Y qué les parece saber que este gobierno que puso 20 millones en el bolsillo de Ivcher presupuestó para el 2005 apenas 10 millones de soles para reparar a todas las víctimas de la guerra interna en las zonas de emergencia? ¡A las miles de víctimas! ¿Y saben también que, pese a que Toledo ofreció 100 millones para este año en su discurso del 28 de julio pasado, se han presupuestado apenas 15 millones de soles este año para el mismo objetivo?

¿Y saben también que hay acuerdos prejudiciales con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, formalizados en febrero del 2001, para indemnizar a los deudos de víctimas como los asesinados periodistas Hugo Bustíos, Jaime Ayala y Pedro Yauri, que hasta ahora no se cumplen? ¿Qué quiere decir eso? ¿Que si no se presiona, no se ajocha y no se asusta, no pasa nada?

Lo digo claro: este caso es antes una náusea que un episodio. Ha sido la hora de cobro mercenario. Y estoy seguro de que no me interpreto solo a mí mismo sino que expreso el sentimiento de la gran mayoría de quienes pusimos todo en juego para enfrentar a la dictadura y terminar con ella, al decir que la única forma de evitar que esta paga mercenaria contamine el esfuerzo abnegado y generoso de tantos, es expresando con inequívoca rotundidad el asco y el repudio que nos merece.

Gustavo Gorriti
12/12/2006
publicado originalmente en "La República"

Anónimo dijo...

ESE EL " DEMOCRATA" AL Q TANTA ALHARACA LE HICIERON EL 97 PEDAZOS DE BESTIAS...

VIVA FUJIMORI

cesar dijo...

es verdad, le hicieron bastante alharaca. que viva fujimori, que viva martha chávez, que viva montesinos, que viva la mierda.

Anónimo dijo...

hola, saludos. Hace tiempo que intentaba encontrar tus comentarios de la web de rpp pero no los hallaba, eso porque pocas veces puedo escuchar tu secuencia en esa radio de los sabados a la una creo, asi que memorice tu nombre, lo puse es google y encontree tu blogg y bacan. Me parece qu tus criticas de las peliculas son atinadas y trato de ir a los films que recomiendas y hasta ahora no me he arrepentido asi como tambien her visto algunas peliculas que te parecer mal y tenias razon. asi que voy a tratar de estar pegado a este tu blogg pues me interesa tu mal de ojo.