febrero 16, 2006

Brokeback mountain

Dirigida por Ang Lee
Con: Heath Ledger, Jake Gyllenhaal, Michelle Williams
Calificación:



George Bush se encuentra en una universidad estatal de Kansas, respondiendo las inquietudes de los alumnos. Uno de ellos le pregunta si ya ha visto “Brokeback Mountain”. Y sin esperar respuesta, añade un comentario provocador: ‘¡Le encantaría!’. Bush se acerca al micrófono: ‘No la he visto’ contesta, en medio de las risas nerviosas que empiezan a alzarse desde el auditorio. Y repite: ‘No la he visto’. Esto sucedió el pasado 23 de enero, según Rolling Stone, que también reporta que la Casa Blanca había solicitado una copia del filme semanas antes del hecho, lo que pondría en duda la respuesta negativa de Bush... Y si menciono esta anécdota para abordar mi reseña de “Brokeback mountain” es porque deseo subrayar un hecho a estas alturas evidente: en poco más de dos meses desde su estreno, la película se ha convertido en un evento cinematográfico. Todos los años hay un filme así.

Ha sucedido de manera violenta. En menos de noventa días desde que ingresó al mercado, la película se ha llevado el Globo de oro a mejor filme del 2005, ha recibido el reconocimiento de la mayoría de críticos estadounidenses —los no conservadores, en todo caso: los esmirriados de Fox News, cadena asociada al gobierno de Bush, adujeron que “Las crónicas de Narnia” tenía más méritos para ser considerada la película del año— y ahora se alista para recibir el Oscar a mejor película. Es probable que gane.

Lo que encuentro interesante del asunto es que sea precisamente un outsider como Ang Lee, vale decir, un director asiático trabajando en los Estados Unidos, quien traslade a la pantalla el cuento de Annie Proulx publicado originalmente en el New Yorker acerca de dos vaqueros que se enamoran. Y que, obviamente, tienen sexo. Un director venido de Hong Kong subvirtiendo una de las instituciones norteamericanas más célebres: la del cowboy. De hecho, uno de las comentarios más rabiosos ante el filme provino del republicano David Kupelian —a través de Fox News, nuevamente— quien luego tituló “Rape of the Marlboro man” (“violación del hombre Marlboro”) al artículo en el cual justificaba su reacción desproporcionada. Es solo una película, después de todo... Pero nada como un vaquero gay para generar aquello que los ejecutivos llaman word of mouth: aquella publicidad que no se paga, que va de boca en boca. Aquella publicidad que crea los éxitos de taquilla. Hay algo interesante en los argumentos que usa Kupelian para atacar a “Brokeback mountain”, sin embargo, y yo creo que ejemplifican bien cierta manera de pensar con respecto al cine.

Al parecer, la preocupación es que el filme sea un transformador de mentalidades, un vehículo de propaganda indetenible. Quienes andan pidiendo a la gente que no vaya a ver la película (y los ejemplos no escasean) deben imaginar que los espectadores saldrán de la sala caminando distinto o algo así. La ingenuidad de un argumento más bien manoseado como este es enorme, y grafica la excesiva confianza en el poder del cine que suelen tener quienes, precisamente, acuden poco al cine. Si algo demostró “Fahrenheit 9/11” tras la reelección de Bush es que en el siglo 21 el séptimo arte no representa competencia alguna para la televisión.

Además de entretener, las películas son capaces de muy poco.


“Brokeback mountain” se presenta como una historia de amor prohibido. La acción inicia en 1963, en Wyoming. Heath Ledger y Jake Gyllenhaal —en actuaciones absolutamente competentes— interpretan a dos vaqueros que han sido contratados para cuidar ovejas en las montañas. Trabajo durísimo. Completamente solos, durmiendo con las ovejas, sometidos a una desesperante dieta de frijoles en lata, ambos desarrollarán una relación primero sexual y luego amorosa. Relación que continuará a lo largo de los años, a pesar del rol de padres de familia que ambos adoptan y a pesar de tratarse de un amor peligroso, dentro de una sociedad violentamente homofóbica como la planteada por el guion.

Como le comentaba a mi amiga Akito (hola Akito) el hecho de que buena parte de la acción se desarrolle entre Louisiana y Texas, estados nítidamente republicanos, y de que en los primeros planos Heath Ledger se me haga sospechosamente parecido —mírenle los ojos— al presidente George Bush, quien frecuentemente ha apelado a la imagen del vaquero ante sus electores, son elementos que mi componente irresponsable identificará como “no casuales”. Aunque muy probablemente lo sean y en verdad yo he escrito lo anterior solo porque ando con ganas de fastidiar.

“Brokeback mountain” se apoya claramente en lo narrativo. Ang Lee y sus editores han evitado los planos largos, y por tanto contemplativos, que en primera instancia uno consideraría como opción lógica en una película como esta: sobre todo en la primera parte, el lugar conocido como Brokeback Mountain es importantísimo en la historia: se trata del paraíso privado, del lugar mítico donde se ha sido feliz. Como suele decirse, el paisaje se convierte en un personaje más. O más bien, en este caso: lucha por convertirse en un personaje más. Y es que el ritmo del filme ahoga cualquier posibilidad de colocar a la naturaleza en primer plano, y yo aún sigo pensando por ejemplo en todas las posibilidades cinematográficas, desaprovechadas aquí, que ofrece un rebaño de cientos de ovejas blancas, idénticas entre sí, corriendo uniformemente cuesta arriba por el campo. Pero, al parecer, el interés principal de Lee es hacer avanzar la historia. Y puede que haga bien: con 134 minutos de metraje, el filme se siente incluso apresurado en su búsqueda por abarcar cerca de veinte años de relaciones personales.

Se trata de un reparo menor. Es verdad que el guion se siente afinado, ceñido, pero es verdad también que los tiempos muertos en el cine son valiosos. Sobre todo en películas que retratan relaciones de pareja, donde lo que abunda son precisamente los tiempos muertos.

Como digo, mis objeciones iniciales son menores, y es indiscutible que estamos ante una película hecha con oficio. “Brokeback Mountain” es un relato que tiene a “elegante” como el adjetivo que mejor lo describe. Me viene a la mente, por ejemplo, la presentación de los personajes: aquel plano americano de Jake Gyllenhaal, mudo, mirando hacia la cámara. Con las manos en los bolsillos y el sombrero cayéndole sobre el rostro: y sin embargo existe algo en su postura que es tremendamente sutil, algo que no resulta del todo masculino. Se trata, me parece, de un plano autosuficiente e inmejorable. O piénsese en el modo como el director va introduciendo el tema del deseo: Heath Ledger se desnuda afuera de la carpa, porque va a bañarse: la cámara lo desenfoca para concentrarse en el tenso rostro de Gyllenhaal, tan cerca. O aquel otro momento que se siente verdadero... Alguien te está mirando largamente y de pronto tú le dices, sin bajar la mirada, “¿qué?”, y ya han sido comunicadas muchas cosas.

Hay una advertencia que hacer. Quienes vayan a ver “Brokeback mountain” deseando alimentar su morbo, harían bien en buscar otra cosa. Infinidad de material, también con vaqueros, hay. El filme de Ang Lee tiene apenas un par de escenas de sexo: escenas que, usaré una expresión dudosa, han sido filmadas “con gusto” —“con excesivo cuidado” dirán otros: de hecho, las objeciones que los grupos de gays y lesbianas han hecho al filme tienen que ver con su escasez de muestras de afecto en escena…

Esa escasez, sin embargo, resulta precisamente uno de los rasgos que hacen valioso el filme: no hay historia que valga la pena contar si es que no hay conflicto (en este caso, la represión del deseo) y por ello una excesiva erotización del filme lo debilitaría. “Brokeback mountain” es una película acerca de aquello que no se da, sobre la imposibilidad de la realización del amor. Y es aquí, en su dimensión amorosa y en su intención de retratar a una pareja de seres humanos que se aman, donde decae. El guion no se preocupa en mostrarnos aquellos momentos privados, cotidianos, de la pareja: aquellos momentos que nos permiten entender por qué estas dos personas se aman. Si nosotros, los espectadores, podemos comprender qué es lo que hace a una pareja cinematográfica única, y por qué es absolutamente necesario que permanezca junta, entonces podemos identificarnos con ella. Podemos realmente amarla. Los chicos serán muy guapos pero sin aquella dimensión el filme se hace más bien ligero. Esta es una carencia bastante común en el cine contemporáneo y en mi opinión “Brokeback mountain” podría haberse comido algunos años de historia para ahondar, en algún momento, en aquellos hilos que mueven la relación que vemos en pantalla.

Seguramente hay quienes ven el asunto exactamente al revés: en las películas románticas las motivaciones estorban. Los actores serán, idealmente, las pantallas en blanco sobre las cuales los espectadores proyectarán sus propias emociones y recuerdos. Tengo la impresión de que la mayoría de asistentes al cine pertenece a este grupo. En todo caso, resulta imposible establecer reglas aplicables a todas las películas —en sentido estricto, cada filme crea para sí mismo las reglas por las cuales se rige— y lo mejor que puede hacer un crítico de cine es, en mi opinión, ser honesto con sus propios sentimientos.

“Brokeback mountain” es un filme valioso del cual yo, en un descuido lamentable, no he resaltado aún la estupenda actuación de Michelle Williams, como la sufrida esposa de Heath Ledger. Su registro es delicioso. En cuanto a Ang Lee, su obra maestra sigue siendo “La tormenta de hielo” —uno de los mejores filmes de los noventa— pero esta película en cartelera, probable ganadora del Oscar a mejor filme el próximo 5 de marzo, es un añadido interesante en su carrera.

10 comentarios:

Antonino Paraggi dijo...

uq buen blog y este post, interesante saber algo mas del cine con algo de politica y sociedad, muy bien.
y es cierto pues los ignorantes totalitarios desde Goebbels hasta Bush prohiben todo con la excusa de que es una "mala influencia" claro como somos tan estupidos/as como para cambiar todo nuestro sistema de creencias en 90 minutos en una sala de cine!!
Bueno en todo caso lo que si se podria inferir es que esos que censores si tienen ideas muy frágiles que no soportarian un minimo de critica, ta vez por ahi el miedo, pánico a ver algo diferente.

Anónimo dijo...

Yo sólo vi el comienzo de las películas; estaba viendo las ovejas y viendo y mirándolas pasar y pasar, de pronto, me quedé dormido. creo que no fue buena idea que pusieran tantas ovejas porque la chica de los boletos tuve que venirme a despertar ya que iba a entrar la gente de la siguiente función. Isn't it a pity?

Anónimo dijo...

Cuando comence a verla lo hice por cuiriosidad de ver a estos vaqueros gay, pero al transcurrir la historia me fue llenando de emociones que hicieron que la mirara como una gran historia de amor sin importar la igualdad de sexo de los protaginistas eso ya no era la principal atraccion, lo que hace pelicula sea buena son las proyecciones o identificaciones que el espectador pueda tener con ella, no digo que deban identificarse con lo homosexual, sino con el verdadero transfondo de ella un amor de esos que perdura por la pasion con que se ama de esos que el egocentrismo de la actualidad no permite, ya que el amor es algo que va mas alla del sexo es lo que nos hace ser semejantes en este mundo.

Anónimo dijo...

Esta pelicula me parecio muy linda, porque pense que me iba a encontrar con escenas explicitas de sexo y las tipicas cosas que se cuentan en una historia de gays, pero no fue asi. Despues de verla, cambié mi forma de pensar hacia ellos, porque ennis y jack demostraron que no es necesario ser tan ostentosos y sobreactuados como muchos gays de hoy en dia para tener una relacion tan profunda y hermosa como la de ellos.

Anónimo dijo...

la pelicula eslo mejor que han hecho por que muestra una realidar que no todos se atreven areconocer .megusto mucho como se planteo el tema de la homosexualidad de hecho la he visto como 15 veces .esmuy linda y llega al corazon.

Anónimo dijo...

esta pelicula es tan fuerte que ojala no la hubiera visto....tengo el corazon herido desde entonces....por favor que alguien haga otra vez la pelicula y cambie el final....aunque si lo pienso bien ...la vida es asi de puta....gracias por la peli Ang ....eres un genio!

Anónimo dijo...

LA STORIA + COMMOVENTE, IL FILM + EMOZIONANTE DEGLI ULTIMI 10 ANNI ...

ANG SEI GENIALE

Anónimo dijo...

para mi modesta opínion es la pelicula más bella que he visto en años i no ya por la historia de amor sino por la no historia que podría haber sido i por desgracia no fué es simplemente magistral ¡¡

Anónimo dijo...

he visto el film más de 5 veces i no me cansaría de verla , si no fuera porque me tranmite la agonia i me duele tanto como al propio jak ( jake gyllenhal) aun así es una preciosa , elegante i sensual historia de amor universal , bravo por la valentia de todos por llevarla a cabo es un bofeton de sensatez a las mentes puritanas de todo el mundo i en particular a la sociedad americana.

Anónimo dijo...

tengo , desde que ví la peli el corazón roto es insufrible per bellisima emocionante magnifica ...