junio 05, 2006

La joven de la perla

Dirigida por Peter Webber
Con Scarlett Johansson, Colin Firth, Tom Wilkinson




Pensamos poco en la cualidad mágica del cine: estoy hablando de viajar hasta una sala de cine, de pagar dinero. De infiltrarte en un salón oscuro para estar sentado junto a personas que no conoces, con las cuales no cruzarás ninguna palabra: pero a lo largo de esas dos horas habrá en aquel lugar un grupo humano encerrado junto a un proyector, mirando todos hacia un mismo lugar que en la oscuridad resplandece: el proyector muestra imágenes animadas de gente enorme, que ríe y que llora delante tuyo, que experimenta aventuras asombrosas y fascinantes que son de mentira. Los espectadores ríen en la oscuridad, lloran en la oscuridad. Han comprado el ticket para esto. Para estar en el cine. Para autosecuestrarse de la realidad.

[Hubo una vez un documental... Acerca de aquellos extraterrestres que viven en New York y se sumergen cada día en cuatro, en cinco películas. Cinéfilos. Y uno de ellos decía: la realidad del cine es tan real como cualquier otra realidad; escoger dónde vivir no es más que una opción ideológica.]

Y cuando aparecen los créditos, y cuando las luces se encienden. Cuando la película se acaba. Hay ocasiones en que se sale del cine como del fondo de una piscina y eso es, si se me permite la palabra, bello. Pero los peruanos pensamos poco en aquella cualidad mágica del cine porque casi no tenemos oportunidades de ver buenas películas. Porque el sistema nos impide ver buenas películas. Quisiera hablar sobre eso porque en verdad me preocupa: a todos debería preocuparnos, me parece. Y es que nuestra cartelera cinematográfica es, si se me permite usar esta otra palabra, una porquería.

En Cineplanet Primavera —utilizaré esta multisala como ejemplo, un poco arbitrariamente— se ofrecen hoy en día solo seis películas: empecemos por aquí. Seis películas, a pesar de haber diez salas en funcionamiento. Y el motivo es inquietante: cinco salas están dedicadas a exhibir a tiempo completo un filme cuyo presupuesto es inversamente proporcional a su calidad: “X-Men, la batalla final”. Cada 45 minutos, aproximadamente, empieza una nueva función. El resto de salas ofrecen o bien “El código da Vinci” (el lector que escribió solicitando una opinión mía sobre el filme puede encontrarla aquí, en forma de anagrama para estar a tono: Dame Nuria) o bien “Misión imposible 3”. Noticia insólita, las tres películas vienen de Hollywood. Noticia insólita, las tres películas ocuparon cerca del 40% de salas e impidieron con sus monstruosos cupos el estreno de otros filmes. Por ejemplo “Capote”, que hace dos meses viene aguardando un espacio libre en las salas limeñas, a pesar de haber recibido un premio otrora popular llamado Oscar... En este mismo Cineplanet los huecos en la programación se rellenan con productos salidos todos de la misma fábrica: “Mi mejor amigo”, “Soltero en casa”, “Un papá con pocas pulgas”. Un ejemplo adicional: la película que comentaré líneas abajo ni siquiera se está exhibiendo en esta multisala.

* * *

Los lectores con phobia numerus pueden obviar este párrafo. Si revisamos cifras, lo patético de la situación aparece con mayor lustre: el día de hoy, 5 de junio de 2006, hay 811 funciones de cine en Lima. Pues bien, 306 de estas funciones (38,7%) corresponden a “X-Men” y 228 (28,1%) a “El código da Vinci”. En suma, el 65,8% de la oferta cinematográfica limeña corresponde a los dos últimos blockbusters de Hollywood... El resto consiste, básicamente, en películas de Hollywood con menos presupuesto para publicidad. Los filmes que no están dentro del programa de los grandes estudios (“Match point”, “Mrs. Henderson presenta”, “11:14 hora de morir”, “Buenas noches y buena suerte” y “La joven de la perla”) suman en total 45 funciones, que es apenas el 5,5% de nuestro menú cinematográfico. Nótese que ninguno de estos filmes es latinoamericano o hablado en español. Así estamos.

...pero lo que a mí me preocupa es que esta aplastante homogeneidad va a acentuarse. Mañana se estrena “La profecía” (un remake) y nuevamente habrá un bloque entero de salas proyectando el filme cada 45 minutos. Después vendrá “Poseidón” (otro remake) y la torta seguirá partida del mismo modo porque la estrategia es nítida: no importa si la película es mala, la publicidad asegurará la asistencia masiva al cine durante los primeros siete días. Otro blockbuster tomará la posta la siguiente semana y además, ¿qué otra cosa podría ver el público? Si la oferta es tan diminuta... De un tiempo a esta parte los multicines se han convertido en el servicio de delivery de Hollywood y esto es de una evidente mediocridad. Aún si las películas que nos llegaran fueran buenas (y todos sabemos que en su mayoría no lo son) nuestras salas de cine seguirían obedeciendo a un monopolio. Y esperen a que se firme el TLC para ver cómo la situación agarra más pendiente.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Romy desde Arequipa: pues si de cifras se trata aquí estamos peor aparte de x men un papá sin pulgas y el código de vinci hay otras tres películas misión imposible 3 soltero en casa y mi amiga la sirena ¿??.....!!!!! películas como mach point todavía no la estrenan yo me compre el dvd para verla como hago con todas las buenas que aquí ni se dan la molestia de estrenar.

Andrés Mego dijo...

Pero, no dices casi nada acerca de la película.. Yo la vi hace poco y escribi una nota en mi blog... A ver que te parece.

http://tetonadefellini.blogspot.com

Saludos

andrés

cesar dijo...

la reseña en realidad empieza dos posts más abajo, sucede simplemente que mis escritos son demasiado largos para aparecer de un solo tirón... saludos,

césar

Anónimo dijo...

De principio estoy radicalmente en contra de la pirateria pero la situación que pintas me ha sucedido cientos de veces... hoy por ejemplo, a pesar que tenia muchas ganas de ir al cine no fui por la cantidad de basura que hay en cartelera...
Mi solución de hoy es alquilar Capote al "pirata" de la esquina y comprar mi canchita para hacer la finta de que estoy en el cine. La verdad esto de "alquilar" al pirata ya la hice varias veces y cada vez me da menos remordimiento!!!!
Y depues nos quejamos q existe pirateria... la verdad es que para los que nos gusta el cine la pirateria no es un problema sino una solución!!!

enbeco

Julio y Anngie dijo...

Excelente post, César. Después de un largo tiempo metido en mis locuras, recién he podido darme una vueltita por aquí, y siempre es un mundo!
César, amigo, leo este post y me petrifico de la "Emergencia Audiovisual" en que se encuentra nuestro país y la Región, situación a la cual ya deberíamos declarar al nivel de "Desastre y reconstrucción audiovisual". Y esto sin considerar el tema TLC!
Amigo, todos estamos en el mismo barco a punto de ahogarnos. Nuestro primer y gran compromiso es con nosotros mismos, espectadores de corazón, pero también lo debería ser con la juventud manipulada por los espantosos multicines hollywoodenses que monopolizan la oferta, generando la más nefasta de la injusticias: la negación de la libertad y de la presencia del otro. Pero pienso que tambien deberíamos considerar a esa gran población, prioritariamente la menos favorecida por la ausencia de alternativas culturales, económicas, etc etc que ni siquiera puede recurrir a la oferta alternativa pirata, como es el caso de las comunidades del interior, sino que se encuentran sumidos en la más absoluta marginación cultural, lo peor de todo en medio de una revolución digital!!!! Es el colmo de los colmos! Nuestro primer granito de arena será como siempre el de gritar a los cuatro vientos el estado de nuestro desastre. Artículos como el tuyo, con datos precisos y con una lucidez en la situación son necesarios e imprescindibles para dar pelea.
Recibe un abrazo y mi sincera admiración.
Hasta pronto.

Julio César Vega

Anónimo dijo...

Interesante film donde se narra la relación entre el pintor Vermeer y su jovencísima y bella criada Griet. Entre ellos no hubo nunca nada carnal pero el pintor la escogió para dar vida a su inmortal cuadro "la muchacha de la perla" una verdadera maravilla.
La película está llena de aciertos tanto formales como narrativos, sobresaliendo la preciosa fotografía a cargo del portugués Eduardo Serra, un trabajo maravilloso que nos sitúa dentro de los cuadros de tan insigne pintor. Otro de sus aciertos es la narración de forma clara y precisa de las diferencias sociales entre la plebe y la alta aristocracia, con sus diferencias no sólo en el vestir sino en su comportamiento y situación en la mesa o en la manera de expresarse.
Un film bello que resulta entretenido en todo momento aunque no pasen cosas espectaculares. Todo es medido y ajustado, sin sobresaltos. Con muchos silencios.